Los jóvenes empresarios piden ayudas al emprendimiento para la recuperación. Huelva cuenta con más de 9.000 autónomos menores de 41 años, de los que un tercio son mujeres.
La recuperación económica está más cerca que nunca, insisten estos últimos meses. Pero el recorrido es largo y, más aún, en la provincia de Huelva, donde los efectos de la recesión han sido más duros que en el resto del país. Queda un trecho por recorrer para que el tejido empresarial se convierta en motor del repunte. Por eso se señala la importancia de apoyar la creación de empresas y especialmente la cultura del emprendimiento, de la que tanto se habla ahora.
En Huelva hay más de 9.000 autónomos registrados menores de 41 años, según datos de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) onubense. De éstos, alrededor de un tercio son mujeres. Aunque hay que sumar tambiénlos mutualistas de los colegios profesionales, que representan un número considerable: como ejemplo, el de Abogados, con unos 400, de los que algo más de la mitad son mujeres.
Estos datos hay que valorarlos, pero al mismo tiempo debe evitarse la complacencia, precisamente por el contexto conformista que caracteriza la sociedad española actual. Lo explica el presidente de AJE Huelva, Miguel Borrero: “Un estudio reciente concluye que sólo el 18% de la juventud en España quiere ser emprendedora. Sigue habiendo una mayoría de jóvenes sobrecualificados que busca su lugar en un mundo, en el que lo normal es ser funcionario. Pero esperar que el erario público soporte toda la carga laboral de la población es una utopía. Esto debe cambiar. El peso debe recaer sobre las empresas y para ello es necesario un ambiente favorable”.
El terreno en el que debe crecer el empresariado ha sido abonado, en cierto modo, en estos últimos años. Hay herramientas nuevas a disposición de los jóvenes emprendedores, la mayoría de ellas dispuestas por la Administración.
Miguel Borrero destaca, de hecho, la contribución que realizan los Centros de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE), mecanismo, en este caso, de la Junta, a través de la fundación pública Andalucía Emprende, “que funciona muy bien y con el que colaboramos”. También subraya la aportación que se hace desde el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), aunque “no es un órgano específico para esto”.
“Es evidente que algo se hace, pero no siempre lo que se necesita, porque falta acercarse más a la realidad y a los problemas que tenemos los jóvenes empresarios. Y también falla la coordinación entre todos”, explica Borrero.
El enemigo del emprendimiento está claro con la óptica empresarial: la burocracia, ese “monstruo” que lastra el propio desarrollo de las empresas jóvenes. Desde el mismo momento en que se registran en Hacienda, recuerdan, son ya empresarios, con unas obligaciones administrativas que la mayoría no tiene posibilidades de atender. O se dedican al papeleo, aparcando durante días sus propia actividad, o contratan una gestoría, para lo que tampoco tienen recursos suficientes.
Otra cosa son las tasas y los impuestos, sin exenciones aplicables, ni en el caso de los jóvenes emprendedores. “Como autónomo societario pago una cuota de 322 euros, sin descuentos de ninguna clase, aunque esté de vacaciones. Facture o no, un autónomo empieza a pagar desde el principio”, recuerda el presidente de AJE Huelva. “Nadie de fuera entiende que esto funcione así en España”.
Menos ayuda que el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, haya anunciado una subida del Impuesto de Sociedades como solución a la falta de liquidez del Estado. La recaudación extraordinaria esperada, asegura Borrero, “no es más que pan para hoy y hambre para mañana”. Así, considera, no se promueve la inversión en proyectos creados en España, por la dilatación en el tiempo del plan de negocios, al soportar una mayor carga impositiva. “Al final, las empresas buscarán nuevos lugares con tributaciones más favorables, en el mejor caso, o acabarán cerrando, en el peor de ellos”.
Por eso, insisten los jóvenes empresarios, “es necesario que el ambiente que nos rodea sea propicio”. “La estabilidad es esencial porque la inversión necesita de tranquilidad”, profundiza Miguel Borrero, que insiste: “Las Administraciones Públicas deben ser herramientas que generen el caldo de cultivo para el emprendimiento. Hay que proteger y mimar a los emprendedores”.
Y en ello tampoco se entiende una traba adicional en el contexto burocrático: el exceso de normativa, triplicada en muchas ocasiones. “No puede ser que cada día, a primera hora, perdamos tres horas en revisar todos los boletines en busca de nuevas leyes y normas que puedan afectar a nuestra actividad”, apunta. Por eso, subrayan, debe haber mayor coordinación entre administraciones y una gestión más racional para optimizar los recursos.
La fórmula adecuada para el emprendimiento es “remar todos juntos”. La colaboración asociativa, desde los espacios comunes, para solucionar los problemas diarios reales. También la transversalidad en el tejido empresarial, para que las grandes sociedades también alimenten a los emprendedores, llamados a contribuir de manera decisiva al fortalecimiento de la economía doméstica. Y sin que las administraciones olviden que las empresas pequeñas “queremos crecer y crear empleo, pero para eso necesitamos un ambiente favorable”.
“No nos des agua, haznos un pozo”, resume Borrero, recalcando la idea del “crecimiento sostenible”. “Huelva es una provincia con mucho potencial, inmenso. Las grandes ideas y la cualificación son el rayo de luz entre las nubes”.