Melesio Peña Almazán (Granada, 1985) ha sido elegido recientemente nuevo presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Andalucía, una entidad formada por 2.300 empresarios y 3.200 empresas, que representa 3.500 millones de euros de facturación y más de 10.500 empleos entre todas las sociedades que aglutina.
Este “empresario de pura raza”, como el mismo se de ne,cursó la carrera de Gestión y Administración de Empresas en ESIC, y realizó formación complementaria en ESIC y EOI.
Actualmente es director general de Grupo Octopus.
— Cuáles son los principales objetivos marcados por la nueva directiva de AJE Andalucía?
— El primero, evidentemente, es defender y representar a los jóvenes empresarios de nuestra tierra, además de fomentar la cultura emprendedora, mejorar la coyuntura en Andalucía para que sea más fácil montar una empresa, así como fomentar la innovación y la internacionalización, que son muy necesarias. Pero si me marco un objetivo ante todo, es mejorar algo tan preocupante que pasa en Andalucía y en España, donde el problema no es tanto de creación de empresas como de tamaño y consolidación.
— ¿Y cómo se soluciona el problema de la dimensión empresarial?
— Sin duda se trata de generar jóvenes con mentalidad empresarial y no con la de autoempleo. Es decir, cuando alguien inicia un proyecto empresarial lo hace en la enorme mayoría de los casos con la intención de generar un sueldo que le permita vivir bien, aparte de la libertad que supone, que es uno de los motivos que más invita a los universitarios a emprender. Sin embargo, son muy pocos los que de verdad proyectan y planifican desde el comienzo un proyecto empresarial consistente, en el que se genere una compañía con crecimientos anuales, generadora de empleo y por tanto que mejore y se vincule con la mejora de la sociedad donde habita. Esto se tiene que trabajar desde
edades tempranas, porque el miedo al fracaso se combate con formación y preparación para poder disminuir los riesgos. Por esto mismo, proponemos que la empresa entre en las
aulas desde edades tempranas.
— ¿Cómo valora la nueva Ley de Fomento del Emprendimiento? ¿Qué oportunidades supondrá?
— La Ley Andaluza de Fomento al Emprendimiento (LAFE) presenta una oportunidad que no se debe desaprovechar para dotar a los jóvenes empresarios de nuestra región de las
herramientas que tan repetidamente demandamos para facilitar el camino hacia nuestro objetivo, consolidar el tejido empresarial, motor económico y generador de empleo de
Andalucía. Sin embargo, desde la Administración se está invitando a emprender constantemente a quien tiene la actitud pero no la aptitud, que no tiene mentalidad empresarial ni formación. Aunque las intenciones de la ley son ilusionantes, entendemos que es básicamente eso, una declaración de buenas intenciones, generalista y poco concreta. Ahora nos toca esperar a su desarrollo reglamentario, ya que actualmente se intuye más un titular que una respuesta eficaz a los problemas de los jóvenes empresarios, debido a que se nutre de acciones inconcretas sin llegar a poner el acento en aspectos y necesidades que desde AJE Andalucía consideramos esenciales.
— ¿Qué echa en falta en el ecosistema andaluz de emprendimiento? ¿Se ajusta la oferta de programas y servicios públicos de apoyo al emprendimiento a las necesidades reales
de empresas y empresarios?
— Somos uno de los peores países de la OCDE en mortalidad empresarial. El dato es que sólo el 20% de las empresas que se crean llegan al tercer año de vida, este dato evidencia
que ni se ajusta a las necesidades de los jóvenes empresarios ni se atienden las demandas reales de estos. Faltan muchas cosas que debemos mejorar, pero ante todo debemos poner el foco en el pilar fundamental de las sociedades avanzadas empresarialmente, la educación. Es muy urgente la creación de leyes de educación que incluyan en los planes de
estudios, desde la enseñanza infantil hasta enseñanzas superiores y Formación Profesional, la implementación de contenidos en habilidades empresariales.
— ¿Qué papel juega la universidad en el fomento de la vocación emprendedora?
— Actualmente bien intencionada pero insuficiente. El estudio de la Vocación Emprendedora en los Universitarios de la Comunidad Autónoma de Andalucía 2018 dice que
solamente el 35% de los alumnos llevaría a cabo un proyecto empresarial, y no hay previsiones de que este dato vaya a cambiar mientras no se acometan reformas sustanciales.
No obstante, las propuestas presentadas por los jóvenes empresarios para incorporar en la LAFE podrían cambiar la inercia de los últimos años, mediante la inclusión de
módulos prácticos y teóricos con asignación de créditos formativos dirigidos a fomentar la creación de empresas en todos los grados universitarios, el fomento de la formación
práctica durante los estudios universitarios vinculada a la empresa garantizando la internacionalización y la inmersión lingüística en idiomas extranjeros vinculados a las
relaciones comerciales, profesionales y empresariales o el impulso de programas universitarios de formación permanente para emprendedores, que garanticen la constante actualización y adecuación de conocimientos, capacidades y competencias para el emprendimiento.
— Los emprendedores se quejan de la dificultad en el acceso a la financiación. ¿Cómo funcionan los canales alternativos a la banca, como el capital riesgo o los Business
Angels?
— Después de la crisis financiera que hemos sufrido, debemos tener claro que no podemos solamente contar con el sistema bancario como vía de financiación y ahí la aportación
de los Business Angels es fundamental. Es necesaria la creación de una ley de regulación de Business Angels, como sistema de financiación alternativo al sistema bancario,
ley que premie tributariamente al ciudadano que con sus recursos privados apoye financiando proyectos empresariales de emprendedores. La regulación legal podría permitir la
facilidad del establecimiento de redes de Business Angel y Fondos de Inversión en nuestra comunidad autónoma. Además, sería una ley pionera en España y un buen momento
para liderar un camino tan importante para el presente y el futuro de nuestros jóvenes empresarios. Igualmente, existen otras fuentes de financiación alternativas a las que debemos darle cabida y fomentar, para que lleguemos a equilibrios de fuentes de financiación alternativa a la bancaria como en otros países; en el caso de EEUU la banca
representa casi menos del 50%.
— ¿Cuáles son estas fuentes de financiación alternativas?
— La mayor parte de las empresas mueren por liquidez en el corto plazo, por rentabilidad en el medio y por falta de crecimiento en el largo. La primera y más preocupante es la
que provoca que tengamos una tasa de mortalidad tan alta en nuestro país. Los jóvenes empresarios creen que solamente tenemos que financiar las inversiones en un proyecto,
pero es igual o más relevante financiar el circulante también. Para esto, existen muchas otras fórmulas que no solamente giran en torno a una entidad financiera, como pueden ser: fondos de capital riesgo, préstamos participativos, private equity, mercado alternativo bursátil, venture capital, crowfunding, crowlending, sociedades de garantía recíproca… entre otras. Al fi nal , se trata de adaptar la financiación que necesitas en base a tu proyecto y condiciones que estás dispuesto a asumir.